Música de color
El poder del arte es tan grande que puede levantar al paciente de la cama. Basta recordar la historia del gran O. Henry, donde una hoja de uva persistente pintada en la pared devolvió la vida a la niña enferma. ¿Y cuántos de esos ejemplos puede conducir la vida misma? ¿Cientos, miles o cientos de miles? En la edad de los niños hiperactivos y los padres no menos activos, cuando la relación entre el primero y el segundo a menudo requiere la intervención de un psicólogo experimentado, el tratamiento artístico se vuelve cada vez más relevante, y solo el dibujo o el modelado conjunto ayuda a conocernos mejor.
Escucha el mundo
Dicen que muchos compositores ven literalmente música: color, saturación, calidez. Compartir la visión, el oído, el olfato y el tacto es estúpido, porque el hombre se crea como un instrumento único y armonioso. El mundo que nos rodea está lleno de sonidos que transmiten cierta información: el zumbido de una abeja siempre se asocia a una estación cálida, y la bocina de un automóvil es un peligro. El sonido tiene su propia imagen, que se puede expresar en papel o en forma de arcilla.
Puedes hacer cualquier cosa con la música: dibujar, esculpir, componer cuentos de hadas, pero la mayoría de los padres cometen un gran error sin prestar atención a los sonidos que escucha el bebé. La canción favorita de la madre o el padre no siempre es adecuada para practicar con el niño, porque a menudo asignamos mucho más significado a las palabras que la belleza de la melodía. La música clásica para niños se convierte en un excelente simulador, desarrollando imaginación, imaginación y la capacidad de escuchar atentamente el mundo que nos rodea.
¿Por qué simplemente clásico?
Es muy sencillo responder a la pregunta: ninguna de las tendencias musicales, ya sea jazz, funk o música pop, tiene una gran cantidad de melodías, estados de ánimo y la naturaleza en sí misma, después de todo. La música clásica para los niños de las grandes ciudades se convierte en una especie de puente que los familiariza con los sonidos de la naturaleza, porque en el sonido de la flauta se puede escuchar la voz de los pájaros, y el sonido uterino de un contrabajo es muy similar al rugido de un oso.
Hay una gran cantidad de obras escritas específicamente para niños. Estas melodías afectan perfectamente al mundo interior del hombrecito. Durante mucho tiempo se ha sabido que incluso los animales domésticos comienzan a crecer más rápidamente bajo la influencia de la música clásica, pero ¿qué pasa con las personas con su pensamiento imaginativo? Pero es precisamente la figuración y la fantasía que, en primer lugar, la música clásica se desarrolla.
Música de color
Todos los padres creen que su hijo es dotado y talentoso. Pero la mayoría de las mamás y los papás olvidan que el corte de talento requiere entrenamiento regular. Trate de ofrecer a su hijo que dibuje música, ya que tal ocupación no necesita un psicólogo profesional, solo una caja de acuarelas o gouaches y, por supuesto, música. Las imágenes que los niños ponen en el papel pueden decir mucho sobre sí mismos y, a menudo, convertirse en un verdadero shock para los padres: son muy ricos y sabios.
La música clásica para niños es un mundo mágico que puede cobrar vida en realidad gracias a las pinturas o un pedazo de arcilla. Por cierto, para dirigir música y actividades aplicadas con niños, es mejor usar arcilla, ya que tiene un origen completamente natural y está dotada de cierta energía. Para los padres, esta actividad puede ser una buena manera no solo de comprender mejor a su hijo, sino también de revelar su propio subconsciente.
Sonido en vivo
Las tecnologías modernas permiten mantener música y actividades aplicadas en cualquier habitación, ya que cualquier computadora o incluso un teléfono puede reproducir música. Pero hay un "pero". El sonido es una vibración, y la vibración que se produce en el momento en que el arco se desliza a lo largo de las cuerdas es significativamente diferente de la que aparece en las columnas. El instrumento, como parte del árbol que una vez vivió, tiene su propia voz, y las vibraciones de las cuerdas y el cuerpo de madera penetran en los rincones más remotos de la conciencia. La música clásica para niños, realizada por un grupo pequeño, pero aún en "vivo", aporta mucho más beneficio en el aula que los sonidos extraídos por impulsos eléctricos.
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